Término | hoya |
Definición | Bloque de la corteza terrestre que ha descendido entre fallas paralelas. En la República Dominicana existe la hoya. de Enriquillo, en la región suroeste. La hoya de Enriquillo se localiza entre la sierra de Bahoruco y la sierra de Neiba, en las provincias de Independencia y Bahoruco. Posee una extensión aproximada de 1,825 km2 y su parte en Haití recibe el nombre de Llanura del Cul-de-Sac. La hoya de Enriquillo surgió cuando el canal marino que unía la bahía de Neiba y la bahía de Puerto Príncipe se secó producto de la evaporación, levantamiento y sedimentación durante los períodos Pleistoceno-Holoceno. 1 En la parte central de la hoya se localiza el lago Enriquillo, en el que desembocan los principales ríos y arroyos de la zona, como el río Las Damas y los arroyos Las Marías y Las Barías. En la parte más oriental de la Hoya se localiza la laguna de Cabral, la cual, junto al río Yaque del Sur, es el límite natural entre el valle de Neiba y la hoya. 1 1 Troncoso M. ; Bolívar M. Regiones Geomorfológicas de la Isla Española o Santo Domingo; Editora Universitaria- UASD: Santo Domingo, DO. , 1992, 392, 80-81. |
jueves, 6 de septiembre de 2012
Definicion del termino hoya
Las caritas
Las Caritas uno de los grandes atractivos de la hoya del Lago Enriquillo

Los cerros de Las Caritas de los Indios
Al
dejar atrás Postrer Río y antes de llegar a La Descubierta, al norte de
la provincia Independencia, los cerros de Las Caritas, frente al lago
Enriquillo, conforman la tercera parada de una ruta que lleva al viajero
a emocionarse con los encantos del Parque Nacional Lago Enriquillo e
Isla Cabritos. Si el vehículo va muy deprisa es p
osible que teng
a
que devolverse, porque los farallones, desde la carretera, no se ven
tan grandes ni majestuosos como el visitante se imagina o como muestran
las fotografías. El sendero que lleva hasta la cumbre, además, no es tan
complaciente con los aventureros haraganes. Pero ya cerca, sí es verdad
que el paisaje impresiona.


Al
llegar, y por las formas de las piedras, la primera impresión es que se
trata de la escultura de un gigantesco intestino perforado. Como los
agujeros del intestino no se ven sino desde dentro de la cavidad del
farallón, descubrirlos provoca una retahíla de exclamaciones
espontáneas, porque el cielo azul intenso que aparece entre las “tripas”
perfora, a su vez, los ojos de los visitantes. El suelo de la “cueva”
es resbaladizo (de tanto que lo pisan) y sólo cuando los pies logran
acomodarse o el cuerpo estabilizarse es que los ojos comienzan a posarse
en los petroglifos. Aparecen por doquier: docenas de caritas que
sonríen y cuerpos que bailan. Líneas simples que comunican más que
cientos de palabras.
Por más que se
intente, es imposible contar las caritas, porque se suceden a lo largo
del cerro y el acceso por el monte está limitado.
La
escasez de información sobre el origen de estas representaciones
gráficas lleva siempre a la misma teoría: que fueron realizadas por los
indígenas, los primeros habitantes de la isla, hará cientos o miles de
años. Punto.
Luego, alguien asegura
que para los tiempos de los indígenas las aguas del lago Enriquillo
llegaban hasta las piedras, y entonces la mente vaga y se pregunta cómo
es que lograron esculpirlas. Y las imágenes de muchas canoas alrededor
del farallón, y las manos trabajadoras de los indígenas esculpiendo las
piedras, sabrá Dios con qué materiales, llegan y se quedan en la cabeza.
UNA PARADA EN LA RUTA DEL LAGO
Siguiendo la ya famosa ruta norte del lago Enriquillo, se llega a Las Caritas tomando la carretera Neiba-Jimaní, luego de dos paradas de rigor: una en el balneario Las Marías, en Neiba, y otra en el Museo Rural de Los Ríos.
La sobrecogedora imagen del lago Enriquillo que se contempla desde lo alto quedará eternizada no sólo en las cámaras fotográficas: es una de esas imágenes que nunca se borran de la memoria.
Fuente: Listin Diario
Autor: Yaniris López
Siguiendo la ya famosa ruta norte del lago Enriquillo, se llega a Las Caritas tomando la carretera Neiba-Jimaní, luego de dos paradas de rigor: una en el balneario Las Marías, en Neiba, y otra en el Museo Rural de Los Ríos.
La sobrecogedora imagen del lago Enriquillo que se contempla desde lo alto quedará eternizada no sólo en las cámaras fotográficas: es una de esas imágenes que nunca se borran de la memoria.
Fuente: Listin Diario
Autor: Yaniris López
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